jueves, 21 de mayo de 2015

¿SERÍA INTERESANTE DECLARAR LA CORRUPCIÓN "BIEN DE INTERÉS CULTURAL"?

Dado que los bienes de interés cultural de Benalmádena no tienen consideración, ni respeto, ni nada de nada, ¿qué os parece si planteamos, en Benalmádena, consagrar la corrupción como «bien de interés cultural»?
Pensadlo, declarar la corrupción bien de interés cultural, también de interés turístico y hasta patrimonio nacional a proteger, no tendría sino ventajas… por supuesto mucho más que las Torres Vigías de nuestro pueblo.

Declarar la corrupción de interés cultural, turístico y patriótico, se activaría la economía en nuestro pueblo, ya que se fomentaría el turismo y se reduciría la tasa de paro. La idea sería convertir Benalmádena en un gran parque temático. Daría trabajo a incontables guías que llevarían a los turistas a contemplar los ladrillos del litoral que han edificado millonarias fortunas particulares, el cemento que embellece el interior e invade parques públicos y parte del Carramolo, los campos de golf donde políticos, constructores y otros empresarios se plantean la recalificación de terrenos, los vertederos de basuras y escombros por doquier, las asociaciones con subvenciones fantasmas, la noria de los eventos con comisiones dudosas y la montaña rusa de restaurantes y pubs del blanqueo de dinero negro.
El Comedor Social se convertiría en un museo donde estarían expuestas, entre otras cosas, las famosas ollas de 1500 euros y los famosos "8000 folios". Por supuesto, la visita a la Torre Vigía de Torremuelle sería obligada, ya que en todo el entorno del monumento se hizo obras, por supuesto de forma ilegal, para modificar su estética para imitar a Ibiza, símbolo de la corrupción en España (Urdangarín, Jaume Matas, Caso Palma Arenas, etc.). Y para rematar la visita, tanto para niños como adultos podrán visitar el "Disneyladia" benalmadense… la conocida "Casa de los Caramelos".
Por otra parte, se potenciaría aún más la industria del souvenir en los tres núcleos urbanos: aparte de la gitanilla y el toro, se venderían talonarios, sobres bajo mano, los billetes con la cara de la "bienpagá", material de espionaje, camisetas, tazas, ollas y llaveros con el icono estrella de la corrupción: el "caramelo".



La escuela de La Fonda, por ejemplo, en esta ocasión contaría con mucha más atención por parte de los políticos y la administración local, pues en lugar de ser un referente de la enseñanza de la hostelería, pasaría a ser un referente al impartir asignaturas como cohecho, prevaricación, soborno, tráfico de influencias, fraude fiscal, apropiación indebida de terreno público, oratoria demagógica y lenguaje de extorsión donde se analizarían frases como: " Te van a pelar. Te van a acribillar en los plenos, te van a hundir" o "¿Cuántas personas mueren con la verdad por delante?"
En el edificio Innova se impartiría talleres o seminarios para quienes solo desean aprender los mecanismos de la «economía sumergida», como cobrar facturas sin IVA y otras menudencias.
Esto es solamente una parte. ¿Qué os parece? ¿Sería rentable en nuestro pueblo?

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